Tip:
Highlight text to annotate it
X
First three minutes are without sound.
El lado izquierdo-Problemas del Subconsciente
13 de Mayo, 1982, Christchurch Hove, Brighton, Inglaterra.
Los buenos condicionamientos.
Del mismo modo podéis tener buenos hábitos
o malos hábitos.
Si el hábito inhibe o
obstruyen vuestro ascenso.
También puede ayudar a estabilizarlo.
El condicionamiento os viene de la materia,
con la que tratáis todos los días.
Cuando un ser humando ve una cosa material, se dirige a ella y
quiere utilizarla para su propio provecho.
Cambia las formas de la materia según le convenga,
acostumbrándose a la materia
en términos de comodidad, o como ayuda o guía.
Cuanto más dependáis de la materia,
más espontaneidad perderéis.
Porque estáis tratando con algo muerto.
Sólo tratamos con la materia cuando es algo muerto;
cuando es algo viviente, no nos preocupamos tanto por ello.
La falta de vida de esa materia se establece en nuestro interior cuando
comenzamos a utilizarla para nuestro propio provecho.
Pero si no la utilizáramos, ¿cómo íbamos a existir? Esta es la pregunta
que la gente puede hacer: “si Dios nos ha dado estas cosas materiales
y esta materia para que la utilicemos,
¿se supone que no deberíamos usarla?
¿Y se supone que no podemos disfrutar de ella?”
Sin embargo, la verdad es que no disfrutamos de ella.
Antes de recibir la realización no podéis disfrutar de nada material.
Sólo podéis crear un hábito y quizás llegar a ser
esclavos de esa materia. Eso antes de la realización.
El principio fundamental de la economía dice
que la necesidad nunca es saciada.
Esto significa que hoy queréis comprar una alfombra;
muy bien, la compráis.
Entonces esa alfombra se convierte en un problema, porque
os pertenece y tenéis que cuidarla.
Debéis asegurarla y en primer lugar preocuparos
de que no se estropee.
Y en segundo lugar os ponéis totalmente
en disposición de comprar algo más.
Ya habéis comprado la alfombra, pues ya está.
Pero entonces tenéis que conseguir otra cosa,
y otra,
y otra.
Por tanto, es algo que no os sacia, no os da gozo.
La materia nunca puede daros gozo.
Es el Espíritu el que os lo da.
Y cuando el ascenso tiene lugar,
entonces os convertís en el Espíritu, y la materia ocupa otro lugar
en el sistema de valores de vuestro interior.
El sistema de valores de la materia es muy diferente.
Estoy segura de que Jasón os habrá dicho que
cuando obtenéis la realización,
empezáis a sentir la brisa fresca en las manos.
En relación a la materia,
resulta de mucha ayuda ser un alma realizada.
Porque inmediatamente sabéis
lo que es bueno para vosotros y lo que no.
Por ejemplo, si coméis algo que no os va bien,
al momento perdéis las vibraciones
o se vuelven calientes.
Incluso mirando algo puede ocurrir esto igualmente.
Si queréis sentaros en una silla en la que
se ha sentado antes una mala persona,
inmediatamente sentís “algo malo sucede
en este lugar” a través de vuestras vibraciones,
que son algo definitivo y absoluto.
Todos estos condicionamientos y hábitos
sólo pueden superarse si os convertís en el Espíritu,
porque el Espíritu está siempre dominado por la materia,
y debe superar esa dominación de la materia.
En realidad, el Espíritu no puede ser dominado por nada.
Lo que quiero decir es que está cubierto, como el Sol puede ser
cubierto por las nubes.
De la misma manera, toda nuestra dominación,
o podríamos decir toda nuestra esclavitud a la materia,
nos hace dominar a nuestro Espíritu, en el sentido de que
lo cubrimos con nubes.
No podemos verlo; no podemos sentir
la espontaneidad, que es la belleza del Espíritu.
No lo sentimos en otra persona.
Por tanto, cuando juzgamos a una persona, ¿qué juzgamos?:
“¿Qué apariencia tiene? ¿Qué ropa lleva?
¿Cómo camina? ¿Cómo son sus maneras?
¿Sabe dar las gracias, pedir perdón o no?”.
Todas estas cosas nos llaman mucho la atención.
“¿Qué clase de coche tiene? ¿Cómo es su casa?”
Podríamos incluso no reconocer a un santo;
podríamos, de nuevo, no reconocer a Cristo,
pues era hijo de un carpintero.
¿Cómo vamos a saber quién es Cristo?
¿Hay alguna manera de descubrir quién es Él?
Mucha gente está ahora diciendo que Cristo va a venir,
que va a aparecer en la televisión.
Podéis proponer a cualquiera como Cristo.
¿Cómo vamos a distinguirlo?
¿Por su vestimenta? ¿O por algo que haya hecho?
La mayoría de las pinturas y esculturas de Cristo
que he visto no se parecen en nada a Él,
ni de cerca.
Son objetos horribles. No sé lo que son.
Entonces, ¿cómo vamos a distinguir si éste es Cristo o no?
¿O si es algún individuo tramposo o una persona
que ha venido deliberadamente sólo para engañarnos
tergiversando la realidad?
No existe manera de descubrir
cuál es la verdad, porque estamos demasiado acostumbrados a las formas
materiales que tenemos.
Por ejemplo, nuestra idea del arte es del mismo
tipo.
Alguien dice: “nos gusta este tipo de arte”.
Si preguntáis: “¿por qué?”
“Porque, sabes, esto tiene un tipo
de armonía, o quizás
esto está más proporcionado y todo eso”.
Pero, ¿cómo lo sabéis?
Lo sabéis porque habéis leído ciertos libros, o
porque habéis oído de otra persona
que esto es arte, que esto es hermoso. Es decir, vosotros ensalzáis
algo como hermoso, pero ¿verdaderamente es así?
Si es algo bello, entonces es el Espíritu. Porque
el Espíritu es la belleza y la belleza es el Espíritu.
Por tanto, ¿es en verdad algo bello? ¿Cómo distinguís
si este arte es hermoso o no?
Por ejemplo, de acuerdo con todas las ideas estándar de
feminidad, no creo
que la Monalisa sea una mujer hermosa.
Me refiero a que hoy día las mujeres “tipo mosquito” son
consideradas bellas.
Entonces, ¿por qué dicen que la Monalisa es tan bella?
¿Qué hay en ella?
Miles de personas estarán reunidas ahora viendo esa
pintura. ¿Por qué?
Sólo las vibraciones os dirán que eso emite vibraciones.
Apela a vuestro Espíritu sin vuestro conocimiento.
No sois conscientes de ello. Apela a vuestro Espíritu,
por eso nunca habéis dicho por qué ese cuadro es tan apreciado.
Pero cuando este condicionamiento se vuelve colectivo,
o cualquier condicionamiento así se vuelve colectivo y
aceptáis: “esta es la forma que tiene la belleza, esta es la forma
que tiene la realidad, esta es la forma tiene la espontaneidad”,
entonces empieza la confusión.
La confusión comienza en ese momento,
cuando se convierte en algo colectivo.
Por ejemplo, conocí a unas personas que venían de varios gurus.
Cuando les pregunté
“¿por qué creéis que vuestro guru es verdadero?
¿Qué os ha dado?”,
contestaron: “Porque estando sentado en una silla empecé a saltar
solo. Yo no lo hice, ocurrió de forma espontánea”.
Y su cuerpo se movía de una manera
tan horrible
que cualquiera hubiera sentido una gran compasión
y preocupación por esa persona
que no podía estar sentada ni cinco minutos.
Interrumpe una mujer:- Perdone, pero no era
espontáneo, era nerviosismo.
- Sí, eso es lo que estoy diciendo.
- Está muy equivocada en lo que dice.
- ¿En qué?
- En todo.
- ¿De dónde vienes?
- De la calle.
- Esa es la razón, mejor será que te vayas.
-No se preocupe. Lo haré.
Fijaos… Ahora se irá al Pub.
La mayoría tenéis que entender la sutileza de todo esto.
Si se os confirma…
por ejemplo, suponed que alguien empieza a saltar en esa habitación,
y ella dice: “es verdad, son nervios”.
Eso significa que vuestros nervios no están bajo vuestro control.
¿No os parece? No los controláis.
No tenéis el control.
La espontaneidad no es algo que os haga
esclavos.
Este es el aspecto que intento destacar.
La espontaneidad os convierte en maestros.
Debe haceros maestros
y no esclavos.
Esta mujer debe haber venido de la MT, porque esa gente
salta así.
Y luego acaban siendo epilépticos;
he curado a muchos.
No sé si alguno de ellos ha venido.
Incluso el director de una Academia en Escocia
a la que llamaba “Academia El Cisne Volador”.
Allí la gente puede llegar a pagar 3.000 libras. Este señor
aquí sentado es uno de los que lo han sufrido.
Cuando lo sufren saben lo que es.
El otro día vimos a alguien que ha sufrido ataques epilépticos
muy frecuentemente y el pobre es un joven de apenas 26 años.
Se supone que tendría que disfrutar de su vida.
Pero pasar por un drama así, no os lo podéis ni imaginar.
Y si esto le está pasando a alguien que va a un guru
y le paga por ello,
¿cómo puede ese guru estar siquiera cerca del Espíritu?
Esto es lo que os estoy intentando decir, que
el Espíritu os da la espontaneidad con la que os hacéis maestros,
maestros de vosotros mismos, completos maestros,
sin esclavitud de ningún tipo. No se forman hábitos.
Todos los hábitos se detienen.
Os hacéis tan espontáneos que Yo no os tengo que decir nada,
simplemente dejáis todos los malos hábitos. Os convertís
en vuestros propios maestros.
Eso es lo que debería pasaros.
Si en lugar de eso, sois indulgentes con cosas que os esclavizan,
puede que os gusten durante un tiempo,
porque no podéis evitarlo,
pero si os sentáis (a reflexionar) de verdad, sabréis que no es
lo que queríais.
Vosotros queríais llegar a ser vuestros propios maestros.
Aquí, en este esquema, como se muestra, tenemos dos poderes,
el izquierdo y el derecho.
El poder del lado izquierdo es el que nos da los condicionamientos
del lado izquierdo, el subconsciente, el subconsciente colectivo.
(Este poder) utiliza los condicionamientos.
Si intentáis negar todo eso, entonces el lado derecho es
incluso peor.
Nos da la acción, pero con la acción nos podemos volver muy
egocéntricos.
Por tanto, ambos caminos pueden ser muy problemáticos.
Imaginad que decís: “muy bien, no tengo
ningún tipo de condicionamiento. ¿Qué hay de malo
en hacer esto o aquello?”
Si os movéis sólo con esa idea, con esa libertad,
será dejadez, abandono, por tanto, podría no ser “libertad”,
porque la libertad se apoya en la sabiduría.
Por eso el movimiento
de ambos lados está mal.
Entonces, ¿qué es lo que está bien?
Estar en el centro, no estar condicionado por nada y
no ser egocéntrico.
Pero el cómo lograrlo es el problema.
El problema es cómo conseguirlo.
Ser espontáneo significa ser totalmente libre.
Consideremos estos dos poderes como el freno
y el acelerador de un coche.
Vosotros usáis los dos poderes.
Utilizáis el freno primero, luego el acelerador;
conducís para controlar estos dos poderes.
Pero en primer lugar es difícil entender
cómo usar estos dos poderes.
Poco a poco vais practicando
y cuando sabéis cómo conducir un coche,
os convertís en buenos conductores.
Después de llegar a ser un buen conductor, todavía
no sois maestros de la conducción.
Después os convertís en maestros.
Hoy el maestro en nuestro interior es el Espíritu.
Antes de la realización no somos maestros,
porque el maestro aún no ha penetrado en nuestra mente consciente.
No se ha expresado en nuestra mente consciente
en el sentido de que no estamos en posesión de sus poderes.
El Espíritu existe y tiene sus propios poderes,
pero no los hemos sentido en nuestro interior.
Una vez que sentimos los poderes del Espíritu,
estamos en posesión de todos los poderes que ya están ahí.
Los poderes están en nuestro interior.
Son nuestros propios poderes.
No tenemos que tomarlos prestados de nadie ni pedírselos a nadie.
Están en nosotros,
al igual que el Espíritu.
Lo único es que el Espíritu tiene que dar luz
a nuestra consciencia.
Tiene que entrar en nuestra consciencia.
En terminología puramente médica, podemos decir que el
Espíritu debe manifestarse en nuestro sistema nervioso central,
de modo que sepamos
lo que estamos haciendo.
No que empecemos a saltar en una silla, o que
algunos digan “oh, lo hacemos sin darnos ni cuenta”.
Eso es hipnosis.
No es correcto. No estáis siendo conscientes.
Lo estáis haciendo por hipnosis.
La hipnosis puede venir por una fuerza exterior.
No es vuestra fuerza, ni vuestra consciencia,
ni vuestro entendimiento, ni vuestro poder,
sino el de otra persona, ya que vosotros no lo estáis haciendo.
Al igual que la materia tiene el poder de dominarnos,
hay algunas cosas materiales, diría Yo, que
son muy peligrosas.
Por ejemplo, el cáncer.
El cáncer nos supera.
Es una cosa muy seria.
El cáncer puede con vosotros y no podéis superarlo.
Coged un ejemplo muy concreto.
¿Qué lo ha causado?
Los médicos dicen: “esto o lo otro”.
Sahaja Yoga puede curar el cáncer por completo, al cien
por cien. Puede curarlo y lo ha hecho.
Muchos sahaja yoguis han curado el cáncer.
¿Cómo? Es muy sencillo:
convirtiéndoos en vuestros propios maestros, y así sois maestros
también de la enfermedad.
Lo controláis todo.
Porque el maestro está en vuestro interior,
pero no ha llegado a vuestra mente consciente, ese es el único eslabón
que falta. Y cuando esto ocurre, el Yoga
y la Unión tienen lugar.
Ahora deberíamos limitarnos exclusivamente a
la realización. Sobre Dios hablaré en otra ocasión.
Autorrealización significa llevar vuestro Espíritu
a vuestra mente consciente.
Ahora bien, ¿cuál es la causa del cáncer? Veámoslo aquí.
¿Qué ocurre? Se debe a la actividad del lado izquierdo.
Sucesos del lado izquierdo son: traumas emocionales,
problemas emocionales, trastornos emocionales,
inseguridad emocional. Cualquier tipo de inseguridad
puede llevaros al lado izquierdo.
Un mayor movimiento lo pueden producir estos gurus horribles
porque os hipnotizan.
Os llevan al canal izquierdo.
Os introducen algún espíritu, no sé lo que hacen,
pero os meten en el lado izquierdo.
Cualquiera de estas actividades, que no están permitidas por
Dios, os empujan al lado izquierdo,
porque no podéis ascender por el centro.
Por eso os vais al lado izquierdo o al derecho.
Cuando os dedicáis a estas cosas como la magia negra,
o esto otro que he oído que tenéis aquí,
una especie de organización que hay, os pasa como a ese individuo
al que se le movían todas las cosas de la casa.
Vino a Sahaja Yoga. Se le movía la jarra del agua
y otras cosas. Y no podía explicar
lo que sucedía en su habitación.
Estaba sentado y las cosas se movían
de un lado a otro. Eso sucede.
¿Qué es? ¿Qué es lo que hace algo así
que no podéis controlar?
De nuevo volvemos a lo mismo:
algo que no podéis controlar.
Así pues, entráis en un reino
en el que sois controlados, en el que vosotros no tenéis
el control. Y cuando se entra en ese reino…
He visto que todos los pacientes de cáncer son siempre
los que están afectados por esto.
Es muy sorprendente. No se dan cuenta.
No saben cómo han entrado ahí.
Suponed que una mujer siente
una inseguridad con su marido o con otra cosa.
Quizás ella piensa que su marido debería dedicarle más tiempo,
ella le quiere, bueno, lo que sea.
Esa mujer puede coger cáncer de pecho,
porque la inseguridad se establece en uno de los centros
que veis ahí, que es el centro del corazón.
Lo llamamos el corazón central.
Si este centro se desequilibra,
la mujer se siente insegura por la razón que sea,
se vuelve vulnerable a cualquier ataque
y puede coger cáncer.
Por tanto, debemos entender la vida en su totalidad
y no parcialmente.
El impacto global de la vida, el efecto total de la vida,
la relación completa con la vida debe ser entendida.
Ahora bien, ningún médico sabe esto.
Cuando tratan a la paciente de, digamos,
cáncer de pecho, ellos no saben que esta mujer se siente insegura.
Hay otra enfermedad, la anorexia,
que la sufren muchas chicas.
No comen; simplemente dejan de comer.
No sabéis por qué ocurre.
Los médicos no pueden curarla; nadie puede curarla.
¿Cuál es la razón?
La relación de la chica, es decir, de una hija con su padre.
Imaginad que el padre muere y la hija no ve a su padre;
o que ella le quiere de todo corazón, pero no se lo expresa;
o que surge una mala relación entre el
padre y la hija.
Así es como se coge este problema, la anorexia.
Os sorprenderíais, pero a los médicos les resulta imposible detectarlo.
Y tenemos aquí sentados a algunos médicos,
pero es imposible que ninguna ciencia médica se acerque siquiera a ello,
porque no ven al ser humano en su totalidad.
El ser humano es un instrumento muy delicado que Dios ha creado.
Lo duros que somos con otros,
la manera en que, a veces, intentamos molestar a otros
haciéndoles sentir inseguros, lo injustos que somos…
Sin saberlo, en realidad, les estamos provocando
una tremenda inseguridad, y esa inseguridad puede
provocar enfermedades incurables de las que no somos conscientes.
Así pues, para entender la totalidad, ¿qué cambio debería ocurrirnos?
Deberíamos alcanzar ese estado desde el que pudiéramos ver
la totalidad.
Si ahora tuviera que ver, por ejemplo, todo
Brighton, ¿qué debería hacer?
Tendría que ir en avión y verlo desde lo alto para
abarcarlo en su totalidad. De la misma manera, en vuestra consciencia,
en vuestro entendimiento, deberíais ascender hasta ese punto desde
el que pudierais ver la totalidad.
Si no lo podéis ver todo, una visión parcial o, podríamos
decir, lo poco que veis puede crear confusión,
problemas, y algunos de ellos pueden ser
de naturaleza muy grave.
Porque como seres humanos no sabemos lo que somos.
Este es el problema más grande de los seres humanos,
que dicen: “eso no me gusta”.
¿Qué es ese “me”? ¿Es vuestro Espíritu o
vuestro ego?
¿Cuál es la parte que no os gusta?
¿Es vuestro condicionamiento, debido a que habéis sido educados
de una manera tal que hace que eso no os guste?
¿Cuál es la parte de vosotros a la que no le gusta algo?
Os sorprenderéis, pero no es vuestro Espíritu. Porque si
al Espíritu le gusta algo, ¿cómo lo sabréis?
Sólo a través de vuestras vibraciones.
Sólo cuando podáis sentir las vibraciones podréis decir:
“sí, esto le gusta a mi Espíritu”,
pues las vibraciones están fluyendo.
Todavía nos encontramos en un momento de transición como seres humanos.
Aún no hemos alcanzado ese estado conocido como
estado de la autorrealización, en el que os convertís en el Espíritu.
El objetivo es llegar a serlo.
Cuando os convertís en el Espíritu sabéis lo que os gusta.
Sabéis lo que realmente os gusta.
Porque entonces sois la realidad.
No sois ningún condicionamiento;
dejáis de estar en el ego y sois lo que en realidad sois,
es decir, el Espíritu.
Sorprendentemente, el Espíritu es un ser colectivo.
No es una colectividad artificial
como para decir: “pertenecemos a todo Brighton, por tanto somos
uno”, o “pertenecemos a un solo estado y somos uno”.
No es eso, se trata de algo por lo que sois verdaderamente
un ser colectivo.
Y empezáis a sentir esa colectividad en vuestro interior,
con los diferentes centros (o chacras) haciendo funcionar todo
y podéis sentir a otros
en los dedos de vuestras manos.
¿Podéis creerlo?
En la Biblia está escrito: “vuestras manos hablarán”.
Este tiempo ha sido descrito como los días en los que “vuestras manos hablarán”.
¿Por qué la gente no descubre qué es lo que sucede?
¿Cómo pueden vuestras manos hablar?
Esto es lo que sucede: que todos vuestros dedos empiezan
a sentir y a entender lo que es la realidad,
lo que es la belleza, lo que es el gozo, lo que es el amor.
Así es la problemática del lado izquierdo
y al final, debido a estos problemas del lado izquierdo,
sufrimos dolores físicos.
Es muy doloroso tener problemas del lado izquierdo;
muy, muy doloroso.
Es un dolor que no se puede explicar, que nadie puede entender,
que nadie puede curar, que no podéis contar a nadie,
y la gente cree que exageráis, que estáis
en tratamiento psicológico. Y vosotros no entendéis
por qué sentís este dolor en vuestro interior.
Y ese dolor os viene del lado izquierdo,
del subconsciente.
Más allá del subconsciente está el subconsciente
colectivo,
y en él se encuentra cualquier cosa
que ha sido creada desde el inicio de
la creación hasta hoy. Y si vais al
subconsciente, os perderéis en él.
Os dominan tanto los poderes del subconsciente,
que está más allá de vosotros el entenderlo,
el salir de él, y el
no sucumbir a él.
Y esto va aumentando.
Como cuando le preguntáis a algunas personas:
“¿por qué continuasteis allí cuando ya sabíais que
no erais vosotros los que lo hacíais, sino alguien externo a vosotros?
¿Por qué a pesar de ello continuasteis?”
Respondieron: “Madre, íbamos bajo una manta,
estaba a oscuras, no sabíamos por dónde nos movíamos.
Simplemente seguíamos y seguíamos”.
Y como os dije la última vez, sentirse culpable es el mayor
bloqueo.
Porque una vez que empezáis a sentiros
culpables, el Vishudhi izquierdo se bloquea y
todo es muy difícil.
No sabéis por qué os sentís culpables.
Constantemente os sentís culpables pero no sabéis
por qué; por qué os vienen esas ideas de
culpabilidad. Ese sentimiento de culpabilidad os mantiene alejados
del gozo, os impide disfrutar de nada, no os deja ser
espontáneos.
¿Por qué? Esto explica por qué en ocasiones nos sentimos
abatidos por nada.
De hecho, Dios no nos ha creado para que seamos desgraciados.
Él nos ha hecho tan hermosos y con tanto cuidado.
Nos ha creado con mucho amor y compasión,
no para que nos sintamos desdichados por nada.
Él no nos causa ninguna enfermedad ni ningún problema,
nosotros nos hemos provocado esto nosotros mismos al ir
a los extremos del lado izquierdo o del derecho.
Como os he estado comentando hoy sobre el lado izquierdo,
diría que sentirse desgraciado por nada en absoluto
también está mal. Supone ser injusto con vosotros mismos.
La gente del lado izquierdo debe saber que son
el Espíritu, que son esa belleza que debe manifestarse,
que debe expresarse a sí misma,
que no son personas que tengan que sufrir
siempre, ni vivir como gente desdichada.
No lo son.
Pero debido a que cargan con tanto
y soportan tanto en su interior, se vuelven así.
Y para evitar soportar tanto, caen en otros
hábitos. Así es como mucha gente se aficiona al alcohol
sin razón aparente, porque no soportan los golpes de la vida.
No los pueden soportar. Por eso caen en ello.
Pero una vez que el Espíritu se despierta en vosotros,
os hacéis tan fuertes, tan alegres,
tan espontáneos que todas estas cosas desaparecen.
Todas esas cosas llamadas enfermedades, hábitos,
desaparecen
y os convertís en una nueva y floreciente personalidad.
Ahora bien, las bases por las que tenéis ese centro en vuestro interior…
(podéis echarle la culpa a Dios de esto: “¿Por qué nos diste
los centros del lado izquierdo? ¿Qué necesidad había?
No deberías habernos dado este lado izquierdo, así
habríamos estado directamente en el centro para ascender”).
Pero el problema es que los seres humanos tienen que saber,
en su propia libertad, cómo tratar consigo mismos.
Deben conocer la sabiduría a través de ciertas dificultades.
Deben saber que yendo a los extremos
han sufrido. Tienen que darse cuenta de ello,
porque si verdaderamente han de convertirse en personas totalmente libres,
tienen que crecer en sabiduría.
Si no son gente sabia, no pueden entrar en el
reino de Dios porque se echarán a perder.
Digamos que a las personas dejadas, que no entienden
de leyes o normas, si las cogen en Inglaterra,
las tendrán que meter en la cárcel.
De la misma manera, para el ser humano que no tiene esa
sabiduría en su interior,
el sufrimiento es la única manera de que aprenda; pero no deberíamos
pedir sufrimiento. Cuando pedimos sufrimiento, en realidad estamos
pidiendo errores, para empezar.
Pero ¿cómo vais a sufrir si no cometéis errores?
Así que cuando pedimos sufrimiento, estamos cometiendo
errores.
Por tanto, lo que deberíamos pedir no es otra cosa que nuestro Espíritu.
Si pedís vuestro Espíritu,
sabed que es vuestro y tenéis que conseguirlo.
Tenéis todo el derecho a conseguirlo.
No se trata de que Yo intente complaceros, o que haga algo
especial por vosotros. Todo está ahí.
Sois como una luz que simplemente tiene que ser encendida.
Yo soy una luz iluminada, vosotros os convertís
en luces iluminadas y también podéis encender otras luces.
Es muy sencillo.
Si os convertís en luces encendidas,
podéis iluminar a otros.
No os tenéis que preocupar de nada más.
Os convertís en luces iluminadas vosotros mismos. Ese es el asunto.
Todo está ahí, os pertenece y simplemente debéis tenerlo.
Es tan sencillo como eso. No consiste en nada difícil
como esta gente hace que parezca, ni es nada que
los filósofos hayan establecido antes. Nada de eso.
Es muy simple. Está en vuestro interior, es espontáneo,
es un proceso vivo y como tal,
os habéis convertido en seres humanos
y ahora os vais a transformar en super seres humanos.
Es totalmente espontáneo; no podéis pagar por ello.
¿Cómo vais a pagar por ello? Es decir, es absurdo.
Si es un proceso vivo, ¿cómo podéis pagar por ello?
¿Cuánto le pagáis a un árbol para que crezca?
Es decir, en cualquier proceso vivo ¿acaso pagamos?
¿Cuánto le pagamos a nuestra nariz para que respire?
¿Podemos pagarlo? Es absurdo, es ridículo.
No podemos pagar nada, es un proceso vivo.
Tenemos que transformarnos, al igual que un huevo se convierte en polluelo.
¿Cuánto le pagamos al huevo para que se transforme en pollo?
¿O cuánto le paga un huevo a su madre para poder convertirse
en pollo?
Es así de ridículo. Pero nunca entendemos que las cosas
vivas son así de espontáneas.
Nunca vemos las cosas vivas, vivimos con la materia,
con lo muerto, no con las cosas vivas.
Si empezáis a observar un árbol y una de sus flores,
para ver cómo ésta se convierte en fruto,
no podréis verlo porque es un proceso muy lento.
Nunca podréis ver cómo una flor se convierte en fruto.
De repente veis como todo florece.
Como cuando vine a Londres desde India. Vi que todos los
árboles estaban desnudos,
totalmente como palos secos.
En una semana empezaron a ponerse verdes,
y en la segunda semana estaban todos exuberantes.
No lo creeríais.
Pero ni siquiera nos damos cuenta, lo damos por hecho.
Sucede, ¿y cómo sucede?
Es algo milagroso.
Si lo observáis, veréis que es milagroso cómo
determinadas flores provienen de determinados
árboles. Otras vienen de otros.
¿Cómo sucede esto?
¿Quién las elige? ¿Quién les da una forma determinada?
¿Quién organiza todo eso?
Esto es de lo que uno debe darse cuenta:
que es el Poder Omnipresente de Dios el que lleva a cabo
todo el proceso viviente.
Y una vez que os convertís en eso, en el Espíritu, estos poderes
empiezan a fluir a través de vosotros.
Sentís ese poder en vosotros. Como cuando alguien tocó a Cristo
y Él dijo: “ese poder ha ido ahora a otra persona” Así es.
Sencillamente os convertís en un medio de ese poder que fluye.
Pero a la vez tenéis el poder para manejarlo, para tratarlo
y entenderlo.
Lo sabéis todo sobre él; sabéis cómo darlo,
cómo hacer que funcione, cómo curar
a otros y curaros a vosotros mismos.
Conocéis todo el funcionamiento de vuestra maquinaria.
Además de eso, también obtenéis los poderes para superar todos
los problemas de vuestra maquinaria.
Es fantástico.
Y suena fantástico porque nunca
antes habíamos visto algo así.
Pero no nos parece fantástico cuando vemos que todas estas
flores de repente se transforman en frutos. No nos lo parece.
Ahora bien, cuando vemos que hay seres humanos que se convierten en fruto,
entonces nos parece fantástico y decimos: “¿cómo puede ser eso?
Nunca había sucedido nada igual antes.
Sólo una persona conseguía la realización, era algo
tan difícil. Nadie lo lograba
y ¿cómo es que eso sucede hoy día?”.
Yo os digo que es el momento de florecer, tiempo que ha sido
prometido y profetizado.
Incluso el gran poeta de vuestro país, William Blake,
os lo ha profetizado.
Él dijo: “llegarán tiempos en que los hombres de Dios se
convertirán en profetas,
y estos profetas tendrán el poder de hacer profetas
a otros”. Nadie podría haber sido tan preciso
como Blake, os lo puedo asegurar. Fue una persona tan extraordinaria
como para predecir que esto ocurriría. Y esto es lo que debemos
esperar cuando nos acerquemos a alguien en nuestra búsqueda .
¿Nos hemos convertido en profetas? ¿Qué es un profeta?
Un profeta es un ser colectivo y
conoce todo (el proceso). Es el maestro.
Llamamos “maestro” al profeta.
Y en eso es en lo que os tenéis que convertir, en maestros.
Y esa maestría es muy simple porque
ya está construida en vuestro interior. Simplemente debe ser conectada,
como una televisión tiene que ser conectada a
la red. Ya está todo construido, está ahí, sólo tiene que ponerse en marcha.
De la misma manera, vosotros ya sois eso,
sólo tenéis que estar conectados.
Da igual de qué casta seáis, de qué comunidad, raza
o nacionalidad; qué forma o altura tengáis, seáis como seáis,
no hay diferencia, porque todos tenéis
este esquema en vuestro interior, este poder de renacer.
Tenéis que nacer de nuevo. Y renaceréis.
¿Por qué no hoy?
No hay nada de qué enfadarse, pues la gente a veces se enfada
porque no les gusta que nadie les hable
de algo con lo que ellos mismos se
sienten mal.
No les gusta.
Por ejemplo, si hay un borracho que bebe demasiado,
es un alcohólico, no le gusta
y se siente mal. Y si alguien le dice,
incluso de la manera más amable posible: “es mejor que dejes
de beber”, no le gusta.
Pero lo que os estoy diciendo no es que no deberíais hacer algo,
sino que ocurre sin más; esos hábitos desaparecen.
No os estoy diciendo “no hagáis esto o lo otro”,
simplemente ocurre, (todo eso desaparece). Primero debéis entender
cuál es el problema y cómo se supera ese problema.
Por eso necesito hablaros. De lo contrario no tendría que
hablar sobre nada de ello. Simplemente funciona.
Porque estáis preparados para ello y sencillamente lo conseguís.
Yo no hago nada. Soy como una especie de catalizador, digamos,
y funciona.
Espero que primero me hagáis algunas preguntas sobre todo esto
antes de la realización.
Si tenéis alguna pregunta, por favor, hacédmela. Debéis preguntar.
¿Si?
¿Hay alguna …. para seguir el entendimiento de lo que usted cuenta
y lo que dicen otros como Guru Maharaji ?
¿Quién?
Guru Maharaji.
Te diré algo.
Cuando venís hablando de algún guru,… Yo no quiero entrar
en controversias. Esto es lo primero.
Pero te diré que te preguntes a ti mismo o a cualquiera:
“¿Qué es lo que él ha hecho por ti o por alguien?
¿Ha sido capaz de darte
o de dar a alguien algún poder?”
Puedo decirte quiénes de los que están
aquí son almas realizadas.
Si los miras, son como tú,
aunque por su cara puedes ver que están muy
relajados, y que son personas muy felices.
Pero pueden curar a la gente;
pueden darles la realización. Saben
qué es lo que está mal en ti y en ellos mismos también.
Y él (ese guru), ¿qué ha hecho por tu consciencia?
Nada.
¿Qué han conseguido sus discípulos?
Preguntadles: “¿dónde está la Kundalini de esta persona?
¿Cuál es el problema de esta señora? ¿Cuál es su
problema mental? No sabrán qué decir.
Si ni siquiera podéis distinguir qué le pasa a cualquier
persona o a vosotros mismos ¿cómo vais a ayudar?
¿Qué es lo que hace gente así?
Veámoslo. Sencillamente
os pueden hipnotizar.
Puede que os sintáis felices por un tiempo, como con la bebida.
Si bebéis, os sentís felices.
Pero bebiendo, ¿qué habéis conseguido?
¿Os habéis convertido en maestros?
Todos ellos son así.
Si veis, con este señor es tan obvio.
Pedía Rolls Royces.
¿Qué es un Rolls Royce para un profeta?
¿Qué importancia tiene?
¿Entendéis lo que quiero decir?
Es tan obvio. Esto es tan lógicamente obvio.
En primer lugar, quienquiera que os saque dinero es
un parásito. Tan sencillo como eso.
¿Os pido Yo algún Rolls Royce? Por supuesto que no, nada.
Tenéis a Cristo.
Podéis fijaros en la vida de Cristo.
¿Se preocuparía Él por vuestros Rolls Royces?
Para una persona así eso es una tontería.
No le importa si tiene un Rolls Royce o no, si duerme
en el suelo o no. Le da exactamente igual.
Una persona así no se preocupa por nada de eso,
porque está a gusto. Tiene su propio bienestar.
Es un hombre que se respeta a sí mismo.
¿Creéis que Él os pediría algo?
Lo que quiero decir es que es tan obvio. Para vosotros es tan obvio.
Pero cuando hablo con personas que vienen de ese guru,
de ese en particular del que me estáis hablando, dicen:
“mira, Madre, nosotros le damos el metal y él nos da el Espíritu”.
¿Acaso puede haber un intercambio?
¿Podéis comprar vuestro Espíritu?
Usad vuestra lógica, ¿de acuerdo?
Dios nos ha dado el cerebro para
entender con lógica.
¿Podéis comprar vuestro Espíritu?
¿Acaso no es así de sencillo?
No podemos pagar por él. No podemos.
Si queréis darme una flor, está bien.
Simplemente es una expresión de vuestro amor, eso es todo.
Pero no me podéis comprar. No podéis.
Os encantaría comprarme, de acuerdo, eso es diferente.
Pero no podéis comprarme ni con metal ni con dinero.
¿Qué es un Rolls Royce?
Es decir, no sé para qué son estas coronas y
estas cosas. ¿Para qué son buenas?
No os dan gozo. Id y preguntad a la gente que
lleva esas coronas.
El otro día estuve con la Sra. Thatcher,
pobre. Era tan infeliz. Sí, lo era.
Mientras intentaba trabajar sus vibraciones,
estaba muy triste. Estábamos hablando una
frente a la otra en la mesa,
y lo que Yo estaba haciendo era intentar equilibrarla, a la pobre.
Está muy amargada.
Por tanto, debéis entender que sois personas sencillas.
Sois buscadores desde tiempos antiguos.
No sois buscadores de ahora,
sino de hace muchísimo tiempo.
Este tiempo se os había prometido antes
y ahora tenéis que luchar por ello.
Pero debéis poner la lógica por delante con firmeza.
Lo que quiero decir es que cualquiera que pida un Rolls Royce,
vamos, este es el ejemplo más horrible y obvio
de que no puede ser un guru.
Sin duda alguna.
Sin embargo, hay algunos más sutiles.
Él no es tan sutil.
A este todos vosotros lo dejaríais rápido, lo sé.
Pero los más sutiles son aún peores.
Algunos puede que no pidan dinero.
Quizás no lo hagan.
No conozco a ninguno de esos, pero debe haber alguno, porque
he oído de uno en India que ahora no acepta
dinero.
Él ha hecho dinero aquí, se ha ido a India
y ahora allí no pide nada.
Sin embargo, el que en verdad no ha pedido dinero,
uno que conozco, ha estado utilizando a mujeres.
No está interesado en hacer dinero,
pero está usando mujeres.
Debéis entender que esto es así.
No le interesa vuestro Espíritu,
sino vuestra persona, vuestras mujeres. ¿Os lo imagináis?
¿Cómo se puede combinar la santidad con estos sucios hábitos de
la gente?
Esto significa que ellos mismos están bajo el control de sus
deseos, los cuales son anti Dios.
Todas estas actividades van en contra de Dios.
Vosotros tenéis un corazón muy sencillo, de verdad.
Sois de muy buen corazón.
Si le decís a un indio que su guru le pide un Rolls Royce,
dirá: “Bah”.
Inmediatamente lo cancela.
Nadie se lo daría a ningún guru en India.
Son los gurus los que a veces tienen que pagar a la gente
para atraerla.
Con los indios occidentalizados es diferente,
pero los que verdaderamente son indios son
personas que viven con sus madres y saben qué es qué.
Nadie puede tomarles el pelo.
Son gente muy práctica.
¿Si, hijo mio?
¿Se puede estar aquí sólo por fe?
La fe es de dos tipos.
Lo que en Sánscrito llamamos “shraddha” es diferente
de lo que vosotros llamáis fe.
En inglés utilizáis “fe ciega” y la otra,
“fe”. Podíamos decir que es así.
La fe ciega es cuando decís: “tengo fe en Dios
y Dios me curará”.
Este es un tipo de fe.
Otro es la fe iluminada en la que os digo
que sois el Espíritu, que estáis conectados.
Ahora bien, si decís que tenéis fe en Dios…
No os deberíais sentir heridos cuando os digo la verdad ¿de acuerdo?
Porque si es una fe ciega significa que todavía no estáis
conectados con el poder.
No estáis conectados.
Suponed que empiezo a decir: “Cristo, Cristo, Cristo…”.
Cristo no está en mi bolsillo.
Ni siquiera puedo tener un encuentro con el Primer Ministro o la Reina sin
tener un protocolo, una conexión o cierta
posición, o podíamos decir, autoridad ¿verdad?
Cuando hablamos de alguien así,
algunas personas van diciendo: “Rama, Rama,
Krishna, Krishna,” como veis todos ellos son encarnaciones.
Y Cristo es el hijo de Dios.
Es el hijo de un rey y vosotros no podéis encontraros con Él así, sin más.
No podéis llamarle.
Él no acude a vuestra llamada suplicante.
Él no es vuestro sirviente ¿de acuerdo?
Teniendo una fe así, cuando no estáis
conectados, si os curan, lo hacen por
otros medios, no por Cristo.
Pero si sois un alma realizada y os curáis,
entonces sí que lo ha hecho Cristo.
Os contaré un caso
muy diferente de curación.
Había en Inglaterra (no sé si ahora está)
una organización llamada
“Centro Curativo Internacional del difunto Doctor Lan (¿)”.
Este Doctor Lan estaba muerto. Es decir, era un difunto.
Pero tenía un centro curativo.
Este señor murió
y poseyó a un hombre en Vietnam, un soldado, no …(?)
sino un soldado.
Este individuo le dijo al soldado… (
Esta gente es muy honesta, son ingleses
y dicen la verdad.
No dicen que esto lo hagan a través de Dios, o algo así).
Bien, pues le dijo que había muchos doctores
(espero que no le moleste a los médicos) que habían muerto,
habían sido muy ambiciosos, y todavía querían curar a la gente.
Le dijo que fuera a ver a su hijo y le contara toda
la historia de que había entrado en él y así su hijo le creería.
“¿Cómo me creerá su hijo?”
“Te contaré unos secretos
que sólo él y yo compartimos,
de modo que definitivamente te crea”.
Este individuo accedió. Era una persona muy sana.
De hecho, este espíritu entró en él cuando sufrió
una especie de shock
por algo que vio en la guerra. Entonces fue cuando este
espíritu le poseyó.
Y recibió de este espíritu la orden de ir a
Inglaterra donde se encontró con el hijo
y le contó toda la historia.
El hijo tuvo que creerle porque
sabía muchos secretos.
Y comenzaron a abrir este centro.
¿Cómo llegué a saber de este difunto señor Lan?
Esta es la cosa.
Curaron a una mujer que estaba en India. Esto ocurrió hace
mucho tiempo, en 1970.
Ella vino a verme y estaba
temblando.
Le pregunté: “¿Qué es esto?”
Me dijo: “se me diagnosticó una enfermedad,
tuve miedo de operarme y conocí a esta organización
y les escribí.
Ellos me contestaron diciéndome: “en este momento, en esta
fecha, entraremos en tu cuerpo”.
Lo dijeron abiertamente, es decir, no fueron diciendo
“somos Dios”, ni nada parecido.
“Entraremos en tu cuerpo y sentirás como
un temblor. No pasa nada.
Te dormirás y se solucionará”.
Entonces ella me dijo: “Me curé de esa enfermedad”.
Pero tres años después aproximadamente,
todo el cuerpo empezó a temblar. No lo pudo soportar
más y vino a verme.
Así es como llegué a saber del Doctor Lan.
Esta pobre mujer fue torturada durante tres años.
Sufrió muchísimo. Entonces vino a verme.
Primero el Doctor Lan entró en su cuerpo.
Pero hasta después de 6 años no vino a verme, porque
durante 3 estuvo bien.
Todo empezó 3 años después.
Así es como conocí todos los espíritus que habían
entrado en ella, los doctores y todo eso.
Fue un caso horrible.
Un tiempo después se curó, sin duda.
Porque cuando os convertís en el Espíritu,
estáis en vuestra fortaleza y nadie puede entrar en vuestro cuerpo.
Os convertís en algo que no puede ser contaminado
ni vencido. Nadie puede dominarlo.
Y así es como se curó.
Así que con esa fe, si alguien os dice:
“oh, os curaréis”
y empieza a gritar y a chillar, y esto y lo otro,
puede que sintáis: “quizás es un espíritu”.
Esta gente a veces cambia los espíritus de sitio.
Es muy sorprendente.
Pueden cambiar un espíritu de una persona a otra.
También he visto casos de esos.
He visto toda clase de cosas en cuanto a espíritus.
El otro día, hace tan solo 8 días, ¿no fue entonces,
Marie, cuando vino a verme ese individuo tan carismático?
Fue hace 8 días cuando este chico vino a verme.
Era joven, de unos 24 años.
Entró en un estado de gran agitación y empezó a llorar.
Y lo más extraño que nunca había visto es que un espíritu entró
en él.
Todo su cuerpo convulsionaba. Se cayó al suelo,
comenzó a llorar desconsoladamente.
Entonces dijo: “he estado en un movimiento carismático donde
me pasó esto y a muchos otros también”,
y creen que el Espíritu Santo ha entrado en ellos.
Imagináoslo.
¿Cómo puede el Espíritu Santo haceros sentir tan miserables?
No sé de dónde vienen estas ideas.
Y el pobre chico sufrió muchísimo.
Ahora está bien.
Pero no podía creer que pudiera volver a estar bien,
porque le habían dicho:
“estos son tus pecados, tienes que superarlos,
por eso te está pasando todo eso,
todavía tienes malos karmas, y esto y aquello”.
Pero todos esos malos karmas pueden solucionarse
cuando vuestra Kundalini asciende.
Hay un centro para esto especialmente, que verdaderamente
ha sido adornado por Jesucristo y que está aquí.
¿Les habéis hablado de este centro?
Está bien.
Pues este es el centro (Agnya), y cuando la Kundalini pasa por él,
(por eso se dice que tenéis que pasar por El)
despierta.
Y una vez que está despierto, estos
dos globos opuestos que veis ahí, el ego y el superego,
vuestros condicionamientos y todos los problemas del lado izquierdo
y del lado derecho son absorbidos.
Por eso dicen que Él murió por nuestros pecados.
Aunque en las antiguas escrituras indias se le describe como
Mahavishnu, como veis, muchos
misioneros que fueron a India se hicieron una idea muy
equivocada de Cristo, totalmente equivocada.
Todavía esperan que venga Mahavishnu.
Y esto es así.
Según los
misioneros, se supone que debió ser alguien que
convertía a las personas, y todas esas tonterías.
Esa no es la realidad.
Tiene que despertarse en nuestro interior.
Él lo dijo: “tengo que nacer en vuestro interior”.
Y así es.
Cuando la Kundalini asciende, despierta en nosotros ese centro,
y todos nuestros condicionamientos y todo nuestro ego son absorbidos.
Se crea un espacio aquí, en la zona del hueso de la fontanela, a través
de la cual pasa la Kundalini, y donde sentís la brisa
fresca saliendo de la cabeza.
Eso es lo que sucede. Y lo sentís en vuestras manos.
No es algo que os haga volveros locos por alguien.
No, no es eso.
No es nada
por el estilo.
Os convertís en una personalidad que se respeta a sí misma,
normal y digna, de un alto nivel espiritual, algo que ya sois.
¿De acuerdo?
Por tanto, esta es la diferencia entre la fe y la fe ciega.
¿Si hijo mío?
Parece muy difícil el concepto de que la auto
realización no requiere un esfuerzo personal.
¿Puedo verdaderamente sucedernos con
lo materialistas que somos?
Sí, lo parece, parece difícil,
y también es verdad que la gente es muy materialista, no hay duda.
Pero el Espíritu es más fuerte que la materia.
Y cuando se tiene que expresar,
hace saltar por los aires todo lo demás completamente, y aparece.
La mayoría de las personas que estáis aquí sois ingleses,
occidentalizados, muy materialistas.
Diría que, viviendo en este mundo,
quizás no seáis tan materialistas, porque si no
fuerais buscadores, no habríais venido a Mí.
Pero ha nacido un nuevo ser.
Si observáis un huevo pensaréis:
“qué tarea tan difícil”.
Pero si nace en el momento adecuado,
con el conocimiento apropiado, se convierte en un ave.
Porque todo el proceso viviente está ahí, lo único que falta
es dar el último paso.
Aparentemente es difícil, pero para Mí no lo es.
¡Quizás Yo conozca este trabajo!
¿De acuerdo?
Sí, parece difícil. Hay gente que dice todo tipo
de cosas sobre la Kundalini también.
Algunos libros que he visto sobre ello son horribles.
Si no conocéis el trabajo…
Suponed que una persona no sabe conducir un
coche. Se mete en él
y la manera en que describiría eso sería horripilante.
Nunca querríais acercaros a un coche, ¿verdad? Es así.
La persona que no está autorizada o no sabe hacer el trabajo,
no debería hacerlo.
Pero eso es lo que os sucede: que os convertís
en el Espíritu; llegáis a ser vuestros propios maestros,
y os hacéis maestros de este arte,
maestros de este arte.
¿Si, hijo mío?
No puedo oírte.
Madre, mencionaste antes la hipnosis y también dijiste que
te considerabas como un catalizador.
¿No crees que los hipnotizadores se consideran a sí mismos
como catalizadores?
Sí, sí, es muy cierto. Sin duda.
Sí, eso es cierto, pero la diferencia es la siguiente:
el hipnotizador te conduce bajo su poder.
Él no te da ningún poder ni ninguna nueva dimensión a tu
consciencia.
Hay una diferencia tremenda entre los dos.
Tú tienes tu propio poder en tu interior.
Digamos, por ejemplo, tu espíritu está ahí.
Yo soy el catalizador. Puedes utilizar una cuchara para
ponerle veneno o para dar
néctar.
Si das néctar, está muy bien.
Si pones veneno, es horrible. Así es.
El hipnotizador usa la hipnosis
y ¿qué es lo que te produce? Esa es la cuestión.
Lo que hace es que te empuja a tu subconsciente,
al subconsciente colectivo,
donde te domina. Estás bajo su poder.
Si él dice: “conviértete en un niño”, tú te conviertes en un niño.
“Bebe de este biberón”, tú vas y lo haces.
¿Qué es todo esto?
Pero aquí te conviertes en el Espíritu en el sentido de que
te haces colectivamente consciente.
No es hipnosis, porque tú misma puedes sentirlo.
Digamos ahora que coges 10 niños
que sean almas realizadas.
Hay algunos niños que son almas realizadas,
incluso niños muy pequeños.
Y les traes aquí a una persona que esté sufriendo de
algún problema ¿de acuerdo?
Les tapáis los ojos y les preguntáis:
“¿Cuál es el problema de este señor?”
Señalarán los mismos dedos. Todos ellos
levantarán los mismos dedos y dirán: “este quema”.
Porque la sensación que tenéis es de quemazón,
de entumecimiento o de brisa fresca.
Una nueva consciencia de naturaleza vibratoria nace en vuestro interior.
No es un proceso de hipnosis, de lo contrario, después de ese proceso
estaríais tan decaídos y acabados, como si hubierais llevado a alguien
a caballo (sobre vosotros).
Es justamente al contrario.
Empezáis a entrar en vuestro interior, a comprender
que podéis curar a la gente, y a entender cuáles son los centros
que están obstruidos.
Sabéis qué chacras están obstruidos en
otras personas.
He visto que al principio a veces la gente está confusa
porque no saben si son sus centros
o los de la otra persona.
Pero hay maneras y métodos a través de los cuales podéis
discriminar.
Podéis ver cuáles son las obstrucciones de vuestros centros
y cuáles las de otra persona.
También sabéis cómo limpiarlos,
cómo dar la realización a los demás
y cómo dotarles de sus propios poderes.
Por tanto, es justo lo opuesto.
Pero los catalizadores pueden ser horribles
o maravillosos.
¿Puede una persona
auto realizarse a sí misma a través de su esfuerzo exclusivamente?
¿Sólo con su esfuerzo?
No creo que eso sea posible, porque
sólo una vela que ha sido encendida puede encender
a otra.
A lo que me refiero es a que incluso Buda, por ejemplo,
consiguió su realización cuando estaba
completamente agotado, debía lograrla.
Por supuesto, el Espíritu Santo fue quien lo hizo; no habría
podido obtenerla por sí mismo.
Sin embargo, obtuvo su realización en ese momento
porque le tocó vivir una circunstancia diferente.
No tuvo que hablar de Dios
ni de todo este proceso.
Porque la gente estaba muy ocupada hablando de grandes
cosas como Dios, las deidades, de esto y lo otro.
Había una gran confusión.
Y alguien que fuera realizado tenía que vivir en aquellos tiempos
para focalizar la atención sólo en la realización
y que dijera: “sólo la realización, no habléis de Dios, dejad eso ya ”.
Por eso consiguió la realización de esa manera.
Pero vosotros no podéis conseguir la realización así.
Sólo podéis conseguir así una posesión. No la realización.
Un alma realizada
no gana dinero a vuestra costa.
La verdad es que esta gente no quiere daros la realización.
El 99% de aquellos que son verdaderamente almas realizadas
os tirarían piedras,
no querrían saber nada de vosotros porque su experiencia
con los seres humanos es horrible.
Si vais a hablar con ellos, os dirán, como me dijeron a Mí:
“Madre, espera 12 años más
o acabarán contigo, te matarán,
o te harán algo.
Es muy arriesgado tratar con seres humanos porque
son muy egoístas y nunca aceptarán nada”.
Pero vosotros podéis considerar que
alguien que conoce este proceso es de una gran ayuda ¿no?
Y la realización no es posible, no puede
conseguirse por uno mismo.
No es posible. Porque si una vela no está
encendida, no puede encenderse a sí misma.
Se le tiene que traer la luz.
Es tan sencillo como eso.
Y, de hecho, uno no debería sentirse mal por esto.
Por ejemplo, Yo no sé conducir y alguien me ha traído hasta aquí.
No me siento mal porque alguien me haya acercado hasta aquí.
Yo sólo sé hacer un trabajo,
no muchos.
No sé hacer otros trabajos. No sé cómo opera
un banco, no sé escribir cheques.
Soy inútil en muchas cosas.
Quizás no sepa cómo abrir una lata,
pero sé como despertar la Kundalini.
Entonces, si sé hacer este trabajo ¿por qué debería importaros?
Después de todo dependemos unos de otros para todo ¿no es así?
Si conozco este trabajo, ¿qué podéis perder?
Después vosotros también lo podréis hacer.
Pero no podéis llevarlo a cabo solos.
De hecho, en esto no estáis obligados a nada.
Yo lo hago sencillamente porque me encanta.
Simplemente es algo que se emite.
Yo no hago nada. Simplemente fluye de Mí.
No sé cómo sucede, sólo fluye.
Simplemente amo porque sí.
No podemos creer que exista una persona así,
pero realmente soy así.
A veces algunos sahaja yoguis
piensan que soy demasiado compasiva y que debería ser
más estricta con la gente, y cosas así.
Y les digo: “a ver, decidme algo que no sepa”.
Piensan que no soy demasiado práctica.
Pero esto es lo más práctico.
Sé que la gente comete errores porque
no saben que caminan en la oscuridad.
Si caminan en la oscuridad y hacen algo mal,
lo único que se puede hacer es tener compasión por
ellos porque no pueden ver, están ciegos.
¿Cómo os podéis enfadar o molestar?
Y además, os recomendaría que no os
identificarais erróneamente con nadie.
Tenéis que llegar a vuestro Espíritu. Eso es lo más importante.
Si todavía pensáis en alguien…,
como esa mujer que, no sé, alguien debe haberla enviado
aquí, quizás. No sé por qué se enfadó.
Yo no dije nada para herirla.
Quizás tiene alguna posesión.
No sé por qué se enfadó conmigo.
Se levantó y se fue diciendo que
todo lo que Yo decía era mentira.
¿Por qué debería deciros mentiras?
No tengo nada que obtener de vosotros.
Pero ¿por qué ocurre esto?
Porque ella no es sensible.
No es sensible a la divinidad.
No distingue quién es divino y quién no.
No le echo la culpa.
No tiene la sensibilidad; es cuestión de calibre.
He visto que han venido a Mí diferentes tipos
de sahaja yoguis.
Algunos de ellos son de un calibre increíble.
Tienen su realización y saben lo que es.
Son como diamantes;
reciben la realización y profundizan en ella.
Son gente increíble.
Hay otros dubitativos, que siguen detrás.
Algunos tienen la realización, pero todavía
están dudando. Hay de todas las clases.
No importa. Los quiero a todos.
¿Si hijo mío?
¿Es el sahaja yogui?
Antes de la realización éramos personas tan horribles que
cogíamos cáncer por cada persona que conocíamos.
Después de la realización, ¿desaparecen los efectos
de todo esto? ¿O qué es lo que ocurre?
Sí. Sé de muchas cosas que han ocurrido.
Tuvimos a una persona en Brighton ¿lo recordáis?
Está aquí ahora mismo.
Creo que cuando vino estaba borracho.
Para empezar, se enfadó mucho conmigo.
Decía: “¿cómo puedo librarme de esto?
No puedo creerte”, y cosas así.
Ahora está bien, perfectamente bien.
Hizo un cambio increíble. ¿Está por ahí?
“Sí, soy yo”
Que Dios te bendiga.
Es tan dulce ahora.
El otro día vino a verme
y dije: “mírale”. Es muy dulce.
Ya era un hombre dulce,
pero algo le había afectado mucho
y se hizo alcohólico.
No pasa nada.
Sólo la compasión puede haceros entender esto:
que hay una razón para que suceda esto.
Él es una persona muy dulce, sin duda,
pero le ha pasado algo.
No pasa nada.
Por tanto, las personas cambian, es verdad.
Los sahaja yoguis se dan cuenta, entienden;
otros, por supuesto, debo decirlo, van un poco…
No importa. Ya avanzarán. Todos saldrán adelante.
Estoy segura de ello.
Todo el mundo está hecho para ello.
De hecho, el Divino está deseoso de daros la realización;
está mucho más ansioso que vosotros.
Si hoy hubiera habido 1000 personas aquí,
les hubiera dado la realización mejor.
Pero son muy pocas las personas que se adhieren a la realidad.
A ese guru Maharaji, miles de personas le siguen como
locos.
Él no les ha dado nada a los pobres.
Pero hay muy pocos que vean la realidad.
Como el otro día, que alguien me preguntó:
“Madre, ¿por qué no lo haces para todo el mundo?”
Le contesté: “¿dónde está todo el mundo?
Déjame ver. ¿Dónde están?
¿Cuántos hay en Brighton?
¿Cuántos hay aquí?”
Ese es el problema.
A la gente le lleva tiempo amar la realidad. Les cuesta mucho.
Pero es algo tan bello.
Y aunque obtengan la realización, lo dejarán.
Dirán: “ahora estoy bien”.
Un año después, aparecerán de nuevo.
Así no funciona.
Tenéis que ser maestros en este arte, completos maestros.
Todo es gratis, absolutamente gratis.
Los que están aquí sentados os lo pueden decir.
¿Puedes hablar más de la realización y
de lo que es necesario para profundizar en ella?
Sí, sí. En mi próxima charla hablaré, uno a uno,
del lado izquierdo, del lado derecho,
del centro y después, por supuesto,
del Espíritu.
Sin duda, cientos de veces, eso es lo que debo hacer.
Pero gradualmente os atenderé a todos.
No lo creeréis,
pero creo que ya he dado por lo menos unas 500
charlas en Londres. Y no lo parece,
siempre dicen lo mismo, la última vez que les hablé me dijeron:
“Madre, nos has hablado de una dimensión
completamente nueva”.
No sé, Gary me dijo que sintió
muchas vibraciones con mi charla…
No sé que le impresión tanto.
Es sorprendente.
Él es de Australia.
Los australianos lo hacen muy bien. Crecen muy deprisa.
Bien, ¿han acabado las preguntas? ¿Comenzamos?
¿Qué hay del karma?
Los karmas son… Cuando lleváis a cabo un trabajo o cualquier otra cosa,
a través de la acción del lado derecho,
el efecto de esta acción se acumula en vuestro interior en forma de ego.
Porque creéis que estáis haciendo algo
cuando, de hecho, nosotros no hacemos nada sustancial.
Lo que hacemos es un trabajo muerto, como el ejemplo que os puse
de hacer una silla de un árbol.
Eso es todo lo que hacemos. Lo que hacemos es tener la idea de que
estamos haciendo algo.
¿Qué trabajo realizáis?
¿Podéis convertir esto en un fruto?
Si ni siquiera podemos hacer que tenga fragancia.
Por tanto, este mito se manifiesta en nosotros como ego, como ya
se os ha dicho aquí y del cual hablaré mañana.
Él hace que pensemos: “estamos haciendo este trabajo
o esto otro”. Y estas conclusiones del ego, como “habéis hecho un
mal trabajo o un buen trabajo”, son las que sufrimos.
Un tigre no se siente así.
Si un tigre quiere comer, debe matar.
Mata a un animal, se lo come y ya está.
No se sienta y dice: “oh, Dios, no tenía que haberlo
matado. Debería hacerme vegetariano”.
No acumula ningún karma,
¿de acuerdo? Pero los seres humanos, sí. ¿Por qué?
Porque estamos cerrados.
Como veis ahí (diagrama), estamos cerrados (señala la fontanela).
Los animales la tienen abierta (fontanela).
Hagan lo que hagan, no se preocupan.
Sin embargo, nosotros sí nos preocupamos de lo que hacemos,
porque creemos que lo hacemos.
Y como he dicho, cuando este centro (Agnya) se abre,
nuestros karmas son absorbidos; los llamados karmas no
son otra cosa que pecados.
En términos bíblicos los podemos llamar pecados.
Todos ellos son absorbidos
por este poder (de la deidad) de Cristo despertado en nosotros.
Y ascendéis por encima (del ego), porque
es el ego el que hace el karma.
Cuando el ego ya no existe, ¿dónde está el karma?
Desaparece también.
Entonces no decís: “yo lo hice”.
Lo que diréis es: “Madre, no está funcionando,
no está mejorando”. ¿Qué es este impersonal?
Se convierte en una tercera persona. “Está fluyendo”,
“las vibraciones no vienen”.
No decís: “yo, yo estoy dando esta realización”,
“yo estoy subiendo la Kundalini”. No decís eso,
sino “no asciende (la Kundalini)”. Os convertís en una tercera persona.
Esa tercera persona es el Espíritu.
Entonces no decís: “debería hacerlo”.
Incluso si se trata de vuestro hijo, decís:
“Madre, es mejor que tenga la realización”.
“Está bien, inténtalo”. “Pero no funciona”.
“Bien, entonces ¿debería darle un certificado?”
“Madre, ¿cómo vas a darle un certificado
si la Kundalini no ha ascendido?”
Todo el mundo lo sabe. Tanto si se trata de vuestro padre,
madre o hermana, cualquiera.
Si no han recibido la realización, saben que no son realizados.
¿Y qué? Simplemente lo saben.
Una de mis nietas, la veréis ahora,
nació realizada.
Cuando tenía apenas 5 años, creo,
fuimos a Ladha.
Había allí un lama sentado con la cabeza afeitada;
llevaba una túnica.
Todo el mundo le tocaba los pies. Los padres de ella
no son realizados; mi hija no es realizada y ella también
le tocó los pies.
Mi nieta no aguantaba más,
era demasiado para ella.
Se sentó en un tronco más elevado.
Puso las manos hacia atrás para no tocarle, levantó la cabeza y le gritó:
“¿qué pretendes pidiendo a la gente que
toque tus pies? Ni siquiera eres un alma realizada.
¿Por llevar esa ropa y afeitarte la cabeza
crees que puedes pedirle a la gente que toque tus pies?”
Eso se lo dijo una niña de 5 años; aún a su edad, lo entienden.
En cierta ocasión hubo un programa en India de Ramana Maharsi,
al que me llamaron como invitada principal.
Fue un alma realizada. Y un señor
de los “Rama, Krishna” estaba sentado
con su gran túnica naranja.
Otra de mis nietas,
que estaba sentada en la primera fila,
no lo pudo soportar más
y desde allí gritó:
“Madre, el que está sentado ahí con esa falda larga,
por favor, pídele que se vaya. Abuela, díselo,
que nos está dando calor a todos”.
Había muchos sahaja yoguis que
sentían el calor de este individuo. Y él se cree
un hombre muy espiritual.
Pero ella se levantó y dijo: “dile que se vaya, ese que lleva falda larga”.
Ella no sabía que era una túnica.
Si son realizados,
hasta los niños saben quién es una persona realizada
y quién no.
Hay muchos niños que nacen realizados en estos días,
el momento del juicio final. Es el momento del juicio final.
Por supuesto, de esto os hablaré más adelante.
¿Puedo hacerle algunas preguntas más?
Está bien, no me importa.
Pero lo que ocurre es que, si me hacéis demasiadas preguntas,
algunas veces esto deriva en actividad mental y
retrasamos la realización.
Si no es tan importante, mejor déjalo
estar. Porque responder a las preguntas es
algo sólo del nivel mental,
y Yo estoy hablando de algo que está más allá.
Por tanto, es algo lógico. Si me habéis entendido,
tengamos la realización.
Si funciona, perfecto; y si no,
no importa.
Estaré aquí 3 ó 4 días, y vamos a hacer que funcione.
¿De acuerdo?
Es mejor tener la mente tranquila. Decid a vuestra mente:
“ya has hecho muchas preguntas antes,
ya has pensado en muchas cosas”. Ahora ha llegado el momento
de que recibáis las bendiciones de vuestro propio ser. ¿De acuerdo?
Si se lo pedís a vuestra mente, descansará.
La mente es algo maravilloso.
Si la mente sabe lo que queréis, y si es la realidad,
os apoya y os ayuda muchísimo;
la misma mente que puede ir perdida,
a veces os hace ser como burros.
Como Cristo, que hablando para referirse a la mente
dijo “ Si permitís que se extravíe, os llevará a todo
tipo de cosas. Si la controláis, os llevará allí
donde debéis llegar”.
Simplemente mantenedla en calma.
Es mejor estar tranquilo a nivel de la mente.
Respondo a vuestras preguntas porque después,
cuando la Kundalini ascienda, en ese momento
la mente no debería importunar diciendo:
“no he preguntado esto o lo otro”. Esa es la razón.
Sólo hay que calmarla. No es que sea necesario;
lo hago simplemente para relajarla.
Lo mejor es que tengáis la realización Eso es lo mejor.
De lo contrario, esta mente se convierte en algo bastante molesto.
Puede aparecer justo en el momento en el que estáis a punto
de conseguir el último paso, y lo detendrá.
Por tanto, si tienes una última pregunta por la que te sientas
realmente agobiado, entonces debes hacérmela.
Pero si no es tan importante, déjalo estar.
¿Verdaderamente es tan importante?
Entonces está bien. Tú mismo te has dado cuenta.