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Dicen que la alegría es salud. Y aunque no lo crean,
estoy comiendo alegría.
La "Alegría" es una galleta saludable hecha con un grano maravilloso:
El amaranto.
La palabra Amaranto proviene del griego Amarantus que significa "planta que jamás se marchita".
Y tenían razón los griegos,
pues es una planta que de increíble capacidad de resistencia.
El amaranto crece en zonas semi-áridas donde otras especies de plantas no crecerían.
Pero fue hace 8000 años que los Aztecas domesticaron
y crearon una cultura del amaranto.
En la época del emperador Montezuma el amaranto era uno de los cuatro pilares de la alimentación,
junto con el maíz, la chía y el frijol.
Era venerado por su alto valor nutricional y por la fuerza que daba.
De hecho, el amaranto era tan importante que mezclaban su harina con miel
para hacer ídolos en ceremonias religiosas.
Esto no "alegró" mucho los conquistadores españoles
quienes prohibieron el uso del amaranto en el siglo XVI.
Sin embargo el cultivo sobrevivió secretamente hasta nuestros días.
Hoy podemos disfrutar todas sus propiedades nutritivas.
El amaranto es un superalimento con un alto contenido proteínico.
Contiene lisina, un ácido ámino muy escaso en muchos otros granos.
Tiene un alto valor de calcio, magnesio, manganeso, hierro y vitamina B6.
Es también una buena fuente de antioxidantes como la vitamina E,
el selenio y el escualeno, que se encuentra en su aceite.
El escualeno es muy valorado en el cuidado de la piel y se usa en productos cosméticos
por sus propiedades anti-arrugas.
Es muy fácil de digerir y sus nutrientes son fácilmente absorbidos.
Tiene un alto contenido de fibra que asegura el buen funcionamiento del sistema digestivo,
y también ayuda a prevenir el cáncer del colon y las enfermedades cardiovasculares.
El grano ha demostrado ser capaz de bajar el colesterol LDL,
los triglicéridos y la alta presión.
Como no contiene gluten, el amaranto es considerado como un alimento hypoalergénico
que significa que es improbable que cause reacciones alérgicas o de sensibilidad.
En los 1970s, el amaranto fue propuesto como en superalimento
que podía resolver en hambre en el mundo.
En 1985, la NASA incluyó en grano en la dieta de los astronautas en misiones al espacio.
Hoy, se cultiva y se disfruta en el mundo entero
Nosotros también podemos disfrutar los benificios holísticos del amaranto de muchas formas:
Podemos inflarlo como hacemos con el maíz.
Podemos disfrutarlo en el desayuno para empezar el día con alegría.
Podemos hacer una deliciosa tortilla que se puede acompañar con cualquier cosa.
Mezclado con verduras, aceite de oliva y limón, podemos preparar una deliciosa ensalada.
Podemos preparar saludables panes y pasteles con su harina.
Y por supuesto, mezclando amaranto inflado y tostado con miel, limón, nueces y frutas
nos da la perfecta combinación para prepara nuestra propia alegría.
Por estas y muchas otras razones, es el amaranto
el grano de la felicidad.