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Esta es la primera vez que se usa este tipo
de propulsión eléctrico-iónica;
y, bueno, se ha experimentado
anteriormente con una propulsión similar,
pero es la primera vez
que se trata de usar para llegar a dos asteroides.
Entonces, esto es una propulsión muy difícil, muy diferente
a la normal que es química, donde te da un impulso
muy grande, pero durante unos pocos minutos.
Esto es una propulsión continuada que, poco a poco,
te va a hacer llegar ahí,
aunque el empuje es muy, muy pequeño;
como una página de papel en tu mano, ese es el...
la cantidad de fuerza que el motor de esta nave da,
pero es continuada por años y años, y va aumentando
y llegando al sitio donde se quiere ir.
Difícil es porque, otra vez,
es una cosa donde no se tiene mucha experiencia.
Ya hubo un par de misiones que usaron
este tipo de propulsión,
pero ninguna sonda ha llegado a orbitar
Vesta o Ceres, o ningún cuerpo parecido.
Entonces el hecho de llegar allí,
orbitar una y después salir
del campo gravitacional de Vesta y llegar a Ceres,
esto es un reto porque es nuevo;
y cuando es una cosa nueva, pues hay cosas
siempre inesperadas,
cálculos que a lo mejor no están como debían de ser,
dificultades que no se cuentan con ellas.
Entonces, este es el primer problema de la misión.