Lo siento.
Por eso no tengo confianza en ninguno.
Nunca es tan simple.
Eso es blanco y negro.
¡¿Victor?!
Podrìamos dejarlo ir.
¿Dejarlo ir?
¿Despues de lo que ha echo?
No tienes que matar a ninguno.
¡Callate! Hablas como si fueras él.
La diferencia es que no sabes decidir de qué lado estar.
¡Indeciso de mierda!
- ¡Victor! - ¡Te he dicho de callarte!
Bueno
tenemos un traidor, que sigue apuñalarnos a las espalda.
- Un avido parásito. - ¡He dicho que lo siento!
No tenía opciones.
Si no lo hubiese hecho, habría podido morir, amigo.
Todavía seguimos viviendo.
Los he desviados para salvar nosotros.
Obviamente vos he mentido, pero -
Todo eso es una locura.
¡Tiene razón! Lo que entiendo es -
Os hemos desmedido, ¡es totalmente irracional!
Exacto, amigo!
Ya me has pegado bastante.
Podemos pararnos aquí.
Por favor amigo.
¡Vamos!
Se le ha merecido.
¿Por qué?
¿Por qué no?
Ahora, tienes dos opciones.
Vienes conmigo y nos escapamos.
O mueres tu tambièn.
Jugada errada.
No veo a los otros, Victor.
No eres muy astuto, ¿verdad?
He oído a todo aquel ruido, has hecho un buen trabajo -
- alla dentro.
Pero me imagino que no todos sean inteligentes como mi.
Solo eran traidores.
Lo sè.
Pero eso no te dà el derecho a ser juez, jurado y verdugo, ¿no?
Todos tenemos nuestros pecados.
Algunos son capitales.
La ira parece ser tu fuerte.
De todos modos -
- has servido tu fin.
Por eso te do gracias.
¡A veces me siento como si fuera Dios!